domingo, 25 de enero de 2015

LA VIRGEN DE LAS MERCEDES SERÁ EXPUESTA EN CIUDAD REAL

ENTRE LOS DÍAS 13 Y 25 DE FEBRERO, NUESTRA VIRGEN DE LAS MERCEDES ESTARÁ EXPUESTA EN CIUDAD REAL EN EL MUSEO LÓPEZ VILLASEÑOR JUNTO CON OTRAS OBRAS DE LUIS FERNANDO RAMÍREZ MATA.


ES UNA EXPOSICIÓN MUY ESPERADA DENTRO DE LA CAPITAL YA QUE MUESTRA LOS PRIMEROS DIEZ AÑOS DE TRABAJO DE LUIS FERNANDO RAMÍREZ. NUESTRA VIRGEN NO PUEDE DEJAR DE ESTAR AHÍ.

ESTAMOS TODOS INVITADOS A PARTICIPAR EN ESTA GRAN EXPOSICIÓN.

LLEGADA DEL NIÑO JESÚS DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES

EL PASADO MES DE SEPTIEMBRE, DURANTE LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LA MERCED, INICIAMOS UN PROYECTO MUY EMOTIVO DENTRO DEL MOVIMIENTO JUVENIL.

LAS MADRES MERCEDARIAS, EL MOVIMIENTO JUVENIL Y LUIS FERNANDO RAMÍREZ MATA (ESCULTOR DE LA IMAGEN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LAS MERCEDES) DECIDIMOS COMPLETAR LA ICONOGRAFÍA DE LA VIRGEN CON LA INCORPORACIÓN DE LA IMAGEN DEL NIÑO JESÚS.

FUE UN RETO PARA TODOS . DURANTE ESTOS MESES MULTITUD DE APORTACIONES PARTICULARES HAN HECHO POSIBLE QUE HOY PODAMOS ANUNCIAR QUE EL NIÑO JESÚS DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES ESTÁ A PUNTO DE LLEGAR AL COLEGIO.

EL PRÓXIMO LUNES 9 DE FEBRERO LA VIRGEN PODRÁ VERSE YA COMPLETA CON SU NIÑO JESÚS POR LO QUE TODOS QUEDAMOS INVITADOS A PASAR ESE DÍA POR LA CAPILLA DE LA VIRGEN PARA VER EL RESULTADO FINAL.

DESDE EL MOVIMIENTO JUVENIL MERCEDARIO QUEREMOS DAR LAS GRACIAS A TODAS LAS FAMILIAS QUE HAN COLABORADO EN ESTE PROYECTO ASÍ COMO AL PROFESORADO DEL CENTRO .

GRACIAS A TODOS POR HACER QUE ESTE SUEÑO SE CONVIERTA EN UNA REALIDAD


domingo, 18 de enero de 2015

MÁS VIDEOS DE GRANADA


UN BONITO RECUERDO...GRACIAS GOYO POR LAS FOTOS Y LOS VIDEOS DE GRANADA.

GRACIAS A GOYO PODEMOS COMPARTIR ESTAS BONITAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS DEL VIAJE A GRANADA QUE EL MOVIMIENTO REALIZÓ EN DICIEMBRE.
















































EL PAPA FRANCISCO NOS INVITA A REFLEXIONAR SOBRE LA FIGURA DE SAN JOSÉ

El Papa Francisco hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: descansar en el Señor en la oración, levantarse con Jesús y Santa María; y ser una voz profética en medio del mundo.
“Las Escrituras rara vez hablan de San José, pero cuando lo hacen, a menudo lo encuentran descansando, mientras un ángel le revela la voluntad de Dios en sueños. En el pasaje del Evangelio que acabamos de escuchar, nos encontramos con José que descansa no una vez sino dos veces. Esta noche me gustaría descansar en el Señor con todos vosotros, y reflexionar sobre el don de lafamilia”, dijo el Santo Padre ante las familias reunidas en el Mall of Asia Arena de Manila.
“A José le fue revelada la voluntad de Dios durante el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla. Él nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio de esta tarde”.
Sobre la primera lección, descansar en el Señor, el Papa dijo que “el descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide”.
“Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, debéis ser capaces de descansar en el Señor. Debéis dedicar tiempo cada día a la oración. Es posible que me digáis: Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho trabajo. Tengo que cuidar de mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy muy cansado incluso para dormir bien. Y seguramente es así, pero si no oramos, no conoceremos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración, lograremos muy poco”.
“Descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Por eso las familias son tan importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia”.
Sobre la segunda lección, crecer con Jesús y María, el Papa dijo que “del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño”.
“Las dificultades que hoy pesan sobre la vida familiar son muchas. Aquí, en las Filipinas, multitud de familias siguen sufriendo los efectos de los desastres naturales. La situación económica ha provocado la separación de las familias a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares”.
El Papa alentó a todos a proteger a las familias y a ser “ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. ¡Qué don para la sociedad si cada familia cristiana viviera plenamente su noble vocación! Levantaos con Jesús y María, y seguid el camino que el Señor traza para cada uno de vosotros”.
En cuanto a la lección de ser voces proféticas en la sociedad, el Santo Padre dijo que “cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo”.
El Pontífice pidió luego que se preocupen “de aquellos que no tienen familia, en particular de los ancianos y niños sin padres. No dejéis que se sientan nunca aislados, solos y abandonados; ayudadlos para que sepan que Dios no los olvida. Incluso si vosotros mismos sufrís la pobreza material, tenéis una abundancia de dones cuando dais a Cristo y a la comunidad de su Iglesia. No escondáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar”.

miércoles, 14 de enero de 2015

800 AÑOS AL SERVICIO DE LA LIBERTAD

EL PRÓXIMO DOMINGO 17 DE ENERO COMENZAREMOS LOS ACTOS PREPARATORIOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LOS 800 AÑOS DE LA ORDEN MERCEDARIA.

CON GOZO MERCEDARIO, QUEREMOS VIVIR CON ALEGRÍA Y FE EN EL SEÑOR ESTOS GRANDES MOMENTOS DE LA ORDEN DE LA MERCED EN LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD .

EL AÑO 2015 SERÁ EL AÑO DE SAN PEDRO NOLASCO

EL 2016 SERÁ EL AÑO DE NUESTRA MADRE DE LA MERCED

EL 2017 SERÁ EL AÑO DE CRISTO REDENTOR

PARA CULMINAR EN EL 2018 CON LA CELEBRACIÓN DE LOS 800 AÑOS.

DESDE EL MOVIMIENTO JUVENIL MERCEDARIO NOS SUMAREMOS A ESTE JUBILEO DE LA MERCED .

EN PRIMER LUGAR, ESTE VIERNES 16 DE ENERO A LAS 19.15 HORAS EN LA CAPILLA DEL COLEGIO INICIAREMOS EL AÑO DE SAN PEDRO NOLASCO CON UNA ORACIÓN DONDE COMENZAREMOS A CONOCER SU LABOR POR LOS CAUTIVOS.


ORACIÓN DEL JUBILEO POR EL OCTAVO CENTENARIO DE LA ORDEN DE LA MERCED

Madre de la Merced,
que suscitaste en tu servidor Pedro Nolasco
el deseo de imitar a Cristo Redentor
poniendo su vida al servicio de los más
pobres de entre los pobres, los cautivos.
al prepararnos a celebrar el Jubileo
mercedario, te pedimos que eleves
nuestras oraciones al Padre, fuente de
misericordia, para que seamos capaces
de contemplar la faz de tu Hijo en el
rostro de los cautivos de hoy y
ofrezcamos, alegremente, llenos de
Espíritu Santo, nuestras vidas como
moneda de rescate por nuestros
hermanos que viven privados de libertad
y sin esperanza en las nuevas periferias
de la cautividad

Amen

domingo, 11 de enero de 2015

EL BAUTISMO DE JESÚS.

HOY LA IGLESIA CELEBRA EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN. TERMINA ASÍ EL TIEMPO DE LA NAVIDAD Y DAMOS COMIENZO AL TIEMPO ORDINARIO HASTA LA LLEGADA DE LA CUARESMA.

JESÚS ES BAUTIZADO POR JUAN...
El relato del bautismo de Jesús que la liturgia de este domingo nos invita a meditar toca una pregunta crucial de nuestra fe: ¿Quién es Jesús? Tal pregunta ha recibido en el tiempo de Jesús y durante toda la historia una infinidad de respuestas que muestran el intento por parte del hombre y del creyente de acercarse al misterio de la persona de Jesús. En nuestro recorrido meditativo, sin embargo, queremos llegar a la fuente más genuina y más digna de atención, la palabra de Dios. 
 En la persona de Jesús convergen y se hacen presentes dos figuras presentadas por Isaías: la esperanza del rey. Mesías y la figura del Mesías sufriente. No es impropio decir que la escena del bautismo presentada por Lucas es una verdadera catequesis sobre el misterio de la persona de Jesús, mesías, rey, siervo, profeta, Hijo de Dios.
Además, de la voz del cielo aparece la cualidad transcendente, divina, única de la persona de Jesús. Esta pertenencia de Jesús al mundo de Dios será visible, palpable, experimentable incluso en su humanidad, en su presencia en medio a los hombres, en su peregrinar por los caminos de la Palestina. Por tanto la Palabra de Dios en este domingo intenta mostrarnos con el relato del bautismo la solemne presentación de Jesús al mundo. Esta se completará solo en la cruz y en la resurrección. De hecho sobre la cruz se superponen dos rostros de Cristo, el humano-salvífico con la muerte en la cruz para nuestra salvación, y el divino a través de la profesión de fe del centurión: “Verdaderamente este era el Hijo de Dios”. La Palabra de Dios en este día del Señor nos invita a contemplar y adorar el rostro de Cristo

CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Alcanzar y bajar hacia las aguas del Jordán
para sentir que Dios llama siempre
a pesar de las dificultades del camino.
CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Dejar la comodidad de mi casa,
de mis amigos y trabajos,
para empeñarme un poco
en aquello que el Evangelio
necesita de mis manos y de mi esfuerzo.
CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Renovar mi Bautismo
un tanto empolvado por el paso del tiempo.
Reavivar mi Bautismo
un tanto mortecino.
Fortalecer mi Bautismo
a veces débil y acomodado.
CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Escuchar mi nombre y una llamada
“Tú eres mi Hijo.”
Para que nunca falte en tu causa
buenos testigos
que pregonen tu Palabra.
que pronuncien tu nombre,
que den testimonio de tu Reino,
que ofrezcan lo que son y tienen
y Dios sea  conocido, amado y bendecido
en las cuatro direcciones del mundo.
CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Renovar, levantar,
Ilusionar y mejorar,
Incentivar y alimentar,
Revitalizar y fortalecer
lo que un día, por la fuerza del Espíritu,
me hizo hijo de Dios
miembro de su pueblo
hijo de la Iglesia
testigo de tu Reino:
EL BAUTISMO

Amén.

jueves, 8 de enero de 2015

PRÓXIMOS EVENTOS........ !A TRABAJAR!!!

-30 ABRIL A PARTIR DE LAS 19 HORAS i CERTAMEN MAYOS VIRGEN DE LAS MERCEDES. QUEREMOS QUE LOS NIÑOS Y LOS GRUPOS QUE LO DESEEN  CANTEN LOS MAYOS ANTE NUESTRA VIRGEN Y LA CRUZ. INTERESADOS COMUNÍQUENLO EN EL COLEGIO

-SABADO 13 DE JUNIO.- FIESTA FINAL DE CURSO  DEL MOVIMIENTO JUVENIL MERCEDARIO.

-DÍAS 20 Y 21 DE JUNIO.- EXCURSIÓN A VALENCIA.

         -PRECIO 90 E

ACTIVIDADES : SÁBADO 20
-           SALIDA DESDE PARQUESOL A LAS 7 HORAS.
-           PLAYA DE LA MALVARROSA. ALLI SE PASARÁ LA MAÑANA Y SE COMERÁ
-           14.45 H- ENTRADA EN EL HOTEL HOLIDAY INN VALENCIA (4 ESTRELLAS CON PISCINA )
-           16.00H- MUSEO DE LAS ARTES y las ciencias PRINCIPE FELIPE. VISITA Y REALIZACIÓN DE UN TALLER
-           18.15-22.00 hORAS. CENTRO COMERCIAL “EL SALER”
                        DOMINGO 21
                            -DESAYUNO EN EL HOTEL INCLUIDO EN EL PRECIO.
                            - A PARTIR DE LAS 10.00 HORAS, VISITA AL HEMISFERIC Y OCEANOGRAFIC (CON GUIA )
                            - REGRESO entre las 17.30- 18.00 HORAS.

RESERVA DE PLAZA 20 EUROS. SE PUEDE PAGAR POCO A POCO HASTA LA FECHA DE LA EXCURSIÓN.

TODOS LOS QUE PERTENEZCAN AL MOVIMIENTO JUVENIL TIENEN LA POSIBILIDAD DE AUTOFINANCIARSE TOTALMENTE EL VIAJE.


SÓLO HAY 55 PLAZAS

PARA MÁS INFORMACIÓN PÓNGANSE EN CONTACTO CON ANA BELÉN.



NUEVO TRIMESTRE..... ACTIVIDADES PARA TODOS

ACTIVIDADES PROGRAMADAS PARA LA SEGUNDA EVALUACIÓN

-SORTÉO EXTRAORDINARIO DE CARNAVAL. EL DÍA 27 DE FEBRERO A LAS 19 HORAS, EN LA PLAZA DE LA VIRGEN SE HARÁ UN SORTÉO PÚBLICO CON UN PREMIO A ELEGIR: UN PACK PS4 COMPUESTO POR : CONSOLA PS4, 2 MANDOS Y JUEGO FIFA 15 O BIEN UN SMARTPHONE SAMSUMG GALAXY ALPHA. SE VENDERÁN PAPELETAS PARA ESTE SORTÉO AL PRECIO DE DOS EUROS. SI ALGUIEN QUIERE COLABORAR EN LA VENTA DE DICHAS PAPELETAS COMUNÍQUENLO EN EL CENTRO (ANA BELÉN)
  

-ORACIÓN ESPECIAL CADA VIERNES DE 19.15 A 19.45 HORAS EN LA CAPILLA DE LA VIRGEN. DURANTE ESTE TRIMESTRE NOS CENTRAREMOS EN CÓMO ORAR A TRAVÉS DE SANTA TERESA DE JESÚS, SAN PEDRO NOLASCO Y SE HARÁN DINÁMICAS DE ORACIÓN EN GRUPO. EL PRIMER VIERNES DE CADA MES, REZO DEL SANTO ROSARIO ANTE LA VIRGEN.

-VIERNES 20 DE FEBRERO. FIESTA CARNAVAL PARA LOS NIÑOS DEL MOVIMIENTO. EL GRUPO DE BAILE AMENIZARÁ LA FIESTA

-VIERNES 6 DE MARZO. DÍA DEL FUTBOL EN EL MOVIMIENTO JUVENIL. ESA TARDE NUESTRO EQUIPO DE FUTBOL ORGANIZARÁ ACTIVIDADES Y NUESTRO EQUIPO “MINI” JUGARÁ CONTRA PAPAS EN EL CAMPO DE TIERRA. TODOS LOS PAPAS QUE QUIERAN COLABORAR QUE NOS LO COMUNIQUEN.

-SÁBADO 14 DE MARZO.- SEGUNDO VIACRUCIS PENITENCIAL EN EL PATIO DEL COLEGIO. LLEVAREMOS NUESTRO PASO CON LA CRUZ Y LA VIRGEN DEL REFUGIO AL IGUAL QUE EL AÑO PASADO POR LO QUE NECESITAMOS PORTADORES/AS. NECESITAMOS NIÑOS Y NIÑAS QUE QUIERAN ESCENIFICAR LAS ESTACIONES ASÍ COMO PAPAS Y MAMAS QUE QUIERAN AYUDAR. TODOS LOS INTERESADOS EN PARTICIPAR COMUNIQUENLO A MADRE OLGA Y A ANA BELÉN.









lunes, 5 de enero de 2015

ORACIÓN PARA EL DÍA DE REYES

Que la luz de tu estrella me lleve, Señor, a tu Palabra,
encarnada en un portal, en el rostro de un niño,
en la mirada de una madre, en la protección de un Padre…
Que tu estrella me guíe para descubrir a quienes te buscan,
a quienes caminan en la esperanza de encontrarte,
y compartir la experiencia de contemplarte como un pastor, como un mago…
Hoy es día de adorarte, de buscarte, y sobre todo de sentir la grandeza de dar y de darse,
y de interiorizar el regalo de recibir tu presencia, tu compañía…
Gracias, Padre porque hoy, en el día de los regalos,
nos muestras la alegría que viene del “ser” y del dar,
y que un niño rodeado de amor, enviado en amor, y entregado en amor…
mueve el mundo y nos da motivos de esperanza…
Que seamos como niños: alegres hoy, ilusionados con mañana, dispuestos a aprender, a crecer, reconociendo a quien nos ama, a quien nos cuida, a quien nos enseña…
Y que recibamos el regalo de ser tus Hijos
y nos abramos al amor de quien lo dio todo por nosotros.
Padre, ayúdanos a no cesar de buscar como los magos de oriente,
que no dejemos de mirar al cielo para encontrar la luz que guíe nuestros pasos,
y que mantengamos la esperanza de encontrarte desde el afán de buscar con fe.

domingo, 4 de enero de 2015

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO: NO ESCLAVOS, SINO HERMANOS



MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLVIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2015
NO ESCLAVOS, SINO HERMANOS
1. Al comienzo de un nuevo año, que recibimos como una gracia y un don de Dios a la humanidad, deseo dirigir a cada hombre y mujer, así como a los pueblos y naciones del mundo, a los jefes de Estado y de Gobierno, y a los líderes de las diferentes religiones, mis mejores deseos de paz, que acompaño con mis oraciones por el fin de las guerras, los conflictos y los muchos de sufrimientos causados por el hombre o por antiguas y nuevas epidemias, así como por los devastadores efectos de los desastres naturales. Rezo de modo especial para que, respondiendo a nuestra común vocación de colaborar con Dios y con todos los hombres de buena voluntad en la promoción de la concordia y la paz en el mundo, resistamos a la tentación de comportarnos de un modo indigno de nuestra humanidad.
En el mensaje para el 1 de enero pasado, señalé que del «deseo de una vida plena… forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer».[1] Siendo el hombre un ser relacional, destinado a realizarse en un contexto de relaciones interpersonales inspiradas por la justicia y la caridad, es esencial que para su desarrollo se reconozca y respete su dignidad, libertad y autonomía. Por desgracia, el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad.Este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad, adquiere múltiples formas sobre las que deseo hacer una breve reflexión, de modo que, a la luz de la Palabra de Dios, consideremos a todos los hombres «no esclavos, sino hermanos».
A la escucha del proyecto de Dios sobre la humanidad
2. El tema que he elegido para este mensaje recuerda la carta de san Pablo a Filemón, en la que le pide que reciba a Onésimo, antiguo esclavo de Filemón y que después se hizo cristiano, mereciendo por eso, según Pablo, que sea considerado como un hermano. Así escribe el Apóstol de las gentes: «Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido» (Flm 15-16). Onésimo se convirtió en hermano de Filemón al hacerse cristiano. Así, la conversión a Cristo, el comienzo de una vida de discipulado en Cristo, constituye un nuevo nacimiento (cf. 2 Co 5,17; 1 P 1,3) que regenera la fraternidad como vínculo fundante de la vida familiar y base de la vida social.
En el libro del Génesis, leemos que Dios creó al hombre, varón y hembra, y los bendijo, para que crecieran y se multiplicaran (cf. 1,27-28): Hizo que Adán y Eva fueran padres, los cuales, cumpliendo la bendición de Dios de ser fecundos y multiplicarse, concibieron la primera fraternidad, la de Caín y Abel. Caín y Abel eran hermanos, porque vienen del mismo vientre, y por lo tanto tienen el mismo origen, naturaleza y dignidad de sus padres, creados a imagen y semejanza de Dios.
Pero la fraternidad expresa también la multiplicidad y diferencia que hay entre los hermanos, si bien unidos por el nacimiento y por la misma naturaleza y dignidad. Como hermanos y hermanas, todas las personas están por naturaleza relacionadas con las demás, de las que se diferencian pero con las que comparten el mismo origen, naturaleza y dignidad. Gracias a ello la fraternidad crea la red de relaciones fundamentales para la construcción de la familia humana creada por Dios.
Por desgracia, entre la primera creación que narra el libro del Génesis y el nuevo nacimiento en Cristo, que hace de los creyentes hermanos y hermanas del «primogénito entre muchos hermanos» (Rm 8,29), se encuentra la realidad negativa del pecado, que muchas veces interrumpe la fraternidad creatural y deforma continuamente la belleza y nobleza del ser hermanos y hermanas de la misma familia humana. Caín, además de no soportar a su hermano Abel, lo mata por envidia cometiendo el primer fratricidio. «El asesinato de Abel por parte de Caín deja constancia trágicamente del rechazo radical de la vocación a ser hermanos. Su historia (cf. Gn 4,1-16) pone en evidencia la dificultad de la tarea a la que están llamados todos los hombres, vivir unidos, preocupándose los unos de los otros».[2]
También en la historia de la familia de Noé y sus hijos (cf. Gn 9,18-27), la maldad de Cam contra su padre es lo que empuja a Noé a maldecir al hijo irreverente y bendecir a los demás, que sí lo honraban, dando lugar a una desigualdad entre hermanos nacidos del mismo vientre.
En la historia de los orígenes de la familia humana, el pecado de la separación de Dios, de la figura del padre y del hermano, se convierte en una expresión del rechazo de la comunión traduciéndose en la cultura de la esclavitud (cf. Gn 9,25-27), con las consecuencias que ello conlleva y que se perpetúan de generación en generación: rechazo del otro, maltrato de las personas, violación de la dignidad y los derechos fundamentales, la institucionalización de la desigualdad. De ahí la necesidad de convertirse continuamente a la Alianza, consumada por la oblación de Cristo en la cruz, seguros de que «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia... por Jesucristo» (Rm 5,20.21). Él, el Hijo amado (cf. Mt 3,17), vino a revelar el amor del Padre por la humanidad. El que escucha el evangelio, y responde a la llamada a la conversión, llega a ser en Jesús «hermano y hermana, y madre» (Mt 12,50) y, por tanto, hijo adoptivo de su Padre (cf. Ef 1,5).
No se llega a ser cristiano, hijo del Padre y hermano en Cristo, por una disposición divina autoritativa, sin el concurso de la libertad personal, es decir, sin convertirse libremente a Cristo. El ser hijo de Dios responde al imperativo de la conversión: «Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2,38). Todos los que respondieron con la fe y la vida a esta predicación de Pedro entraron en la fraternidad de la primera comunidad cristiana (cf. 1 P 2,17; Hch 1,15.16; 6,3; 15,23): judíos y griegos, esclavos y hombres libres (cf. 1 Co 12,13; Ga 3,28), cuya diversidad de origen y condición social no disminuye la dignidad de cada uno, ni excluye a nadie de la pertenencia al Pueblo de Dios. Por ello, la comunidad cristiana es el lugar de la comunión vivida en el amor entre los hermanos (cf. Rm 12,10; 1 Ts 4,9; Hb 13,1; 1 P 1,22; 2 P 1,7).
Todo esto demuestra cómo la Buena Nueva de Jesucristo, por la que Dios hace «nuevas todas las cosas» (Ap 21,5),[3] también es capaz de redimir las relaciones entre los hombres, incluida aquella entre un esclavo y su amo, destacando lo que ambos tienen en común: la filiación adoptiva y el vínculo de fraternidad en Cristo. El mismo Jesús dijo a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15).
Múltiples rostros de la esclavitud de entonces y de ahora
3. Desde tiempos inmemoriales, las diferentes sociedades humanas conocen el fenómeno del sometimiento del hombre por parte del hombre. Ha habido períodos en la historia humana en que la institución de la esclavitud estaba generalmente aceptada y regulada por el derecho. Éste establecía quién nacía libre, y quién, en cambio, nacía esclavo, y en qué condiciones la persona nacida libre podía perder su libertad u obtenerla de nuevo. En otras palabras, el mismo derecho admitía que algunas personas podían o debían ser consideradas propiedad de otra persona, la cual podía disponer libremente de ellas; el esclavo podía ser vendido y comprado, cedido y adquirido como una mercancía.
Hoy, como resultado de un desarrollo positivo de la conciencia de la humanidad, la esclavitud, crimen de lesa humanidad,[4] está oficialmente abolida en el mundo. El derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable.
Sin embargo, a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno, todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud.
Me refiero a tantos trabajadores y trabajadoras, incluso menores, oprimidos de manera formal o informal en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, de la industria manufacturera a la minería, tanto en los países donde la legislación laboral no cumple con las mínimas normas y estándares internacionales, como, aunque de manera ilegal, en aquellos cuya legislación protege a los trabajadores.
Pienso también en las condiciones de vida de muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente. En aquellos que, una vez llegados a su destino después de un viaje durísimo y con miedo e inseguridad, son detenidos en condiciones a veces inhumanas. Pienso en los que se ven obligados a la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos y económicos, y en aquellos que, con el fin de permanecer dentro de la ley, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles, sobre todo cuando las legislaciones nacionales crean o permiten una dependencia estructural del trabajador emigrado con respecto al empleador, como por ejemplo cuando se condiciona la legalidad de la estancia al contrato de trabajo... Sí, pienso en el «trabajo esclavo».
Pienso en las personas obligadas a ejercer la prostitución, entre las que hay muchos menores, y en los esclavos y esclavas sexuales; en las mujeres obligadas a casarse, en aquellas que son vendidas con vistas al matrimonio o en las entregadas en sucesión, a un familiar después de la muerte de su marido, sin tener el derecho de dar o no su consentimiento.
No puedo dejar de pensar en los niños y adultos que son víctimas del tráfico y comercialización para la extracción de órganos, para ser reclutados como soldados, para la mendicidad, para actividades ilegales como la producción o venta de drogas, o para formas encubiertas de adopción internacional.
Pienso finalmente en todos los secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas, puestos a su servicio como combatientes o, sobre todo las niñas y mujeres, como esclavas sexuales. Muchos de ellos desaparecen, otros son vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados.
Algunas causas profundas de la esclavitud
4. Hoy como ayer, en la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto. Cuando el pecado corrompe el corazón humano, y lo aleja de su Creador y de sus semejantes, éstos ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos. La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, queda privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin.
Junto a esta causa ontológica –rechazo de la humanidad del otro­– hay otras que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud. Me refiero en primer lugar a la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo. Con frecuencia, las víctimas de la trata y de la esclavitud son personas que han buscado una manera de salir de un estado de pobreza extrema, creyendo a menudo en falsas promesas de trabajo, para caer después en manos de redes criminales que trafican con los seres humanos. Estas redes utilizan hábilmente las modernas tecnologías informáticas para embaucar a jóvenes y niños en todas las partes del mundo.
Entre las causas de la esclavitud hay que incluir también la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares. «Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, en el centro de todo sistema social o económico, tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el dominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores».[5]
Otras causas de la esclavitud son los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo. Muchas personas son secuestradas para ser vendidas o reclutadas como combatientes o explotadas sexualmente, mientras que otras se ven obligadas a emigrar, dejando todo lo que poseen: tierra, hogar, propiedades, e incluso la familia. Éstas últimas se ven empujadas a buscar una alternativa a esas terribles condiciones aun a costa de su propia dignidad y supervivencia, con el riesgo de entrar de ese modo en ese círculo vicioso que las convierte en víctimas de la miseria, la corrupción y sus consecuencias perniciosas.
Compromiso común para derrotar la esclavitud
5. Con frecuencia, cuando observamos el fenómeno de la trata de personas, del tráfico ilegal de los emigrantes y de otras formas conocidas y desconocidas de la esclavitud, tenemos la impresión de que todo esto tiene lugar bajo la indiferencia general.
Aunque por desgracia esto es cierto en gran parte, quisiera mencionar el gran trabajo silencioso que muchas congregaciones religiosas, especialmente femeninas, realizan desde hace muchos años en favor de las víctimas. Estos Institutos trabajan en contextos difíciles, a veces dominados por la violencia, tratando de romper las cadenas invisibles que tienen encadenadas a las víctimas a sus traficantes y explotadores; cadenas cuyos eslabones están hechos de sutiles mecanismos psicológicos, que convierten a las víctimas en dependientes de sus verdugos, a través del chantaje y la amenaza, a ellos y a sus seres queridos, pero también a través de medios materiales, como la confiscación de documentos de identidad y la violencia física. La actividad de las congregaciones religiosas se estructura principalmente en torno a tres acciones: la asistencia a las víctimas, su rehabilitación bajo el aspecto psicológico y formativo, y su reinserción en la sociedad de destino o de origen.
Este inmenso trabajo, que requiere coraje, paciencia y perseverancia, merece el aprecio de toda la Iglesia y de la sociedad. Pero, naturalmente, por sí solo no es suficiente para poner fin al flagelo de la explotación de la persona humana. Se requiere también un triple compromiso a nivel institucional de prevención, protección de las víctimas y persecución judicial contra los responsables. Además, como las organizaciones criminales utilizan redes globales para lograr sus objetivos, la acción para derrotar a este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto y también global por parte de los diferentes agentes que conforman la sociedad.
Los Estados deben vigilar para que su legislación nacional en materia de migración, trabajo, adopciones, deslocalización de empresas y comercialización de los productos elaborados mediante la explotación del trabajo, respete la dignidad de la persona. Se necesitan leyes justas, centradas en la persona humana, que defiendan sus derechos fundamentales y los restablezcan cuando son pisoteados, rehabilitando a la víctima y garantizando su integridad, así como mecanismos de seguridad eficaces para controlar la aplicación correcta de estas normas, que no dejen espacio a la corrupción y la impunidad. Es preciso que se reconozca también el papel de la mujer en la sociedad, trabajando también en el plano cultural y de la comunicación para obtener los resultados deseados.
Las organizaciones intergubernamentales, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, están llamadas a implementar iniciativas coordinadas para luchar contra las redes transnacionales del crimen organizado que gestionan la trata de personas y el tráfico ilegal de emigrantes. Es necesaria una cooperación en diferentes niveles, que incluya a las instituciones nacionales e internacionales, así como a las organizaciones de la sociedad civil y del mundo empresarial.
Las empresas,[6] en efecto, tienen el deber de garantizar a sus empleados condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados, pero también han de vigilar para que no se produzcan en las cadenas de distribución formas de servidumbre o trata de personas. A la responsabilidad social de la empresa hay que unir la responsabilidad social del consumidor. Pues cada persona debe ser consciente de que «comprar es siempre un acto moral, además de económico».[7]
Las organizaciones de la sociedad civil, por su parte, tienen la tarea de sensibilizar y estimular las conciencias acerca de las medidas necesarias para combatir y erradicar la cultura de la esclavitud.
En los últimos años, la Santa Sede, acogiendo el grito de dolor de las víctimas de la trata de personas y la voz de las congregaciones religiosas que las acompañan hacia su liberación, ha multiplicado los llamamientos a la comunidad internacional para que los diversos actores unan sus esfuerzos y cooperen para poner fin a esta plaga.[8] Además, se han organizado algunos encuentros con el fin de dar visibilidad al fenómeno de la trata de personas y facilitar la colaboración entre los diferentes agentes, incluidos expertos del mundo académico y de las organizaciones internacionales, organismos policiales de los diferentes países de origen, tránsito y destino de los migrantes, así como representantes de grupos eclesiales que trabajan por las víctimas. Espero que estos esfuerzos continúen y se redoblen en los próximos años.
Globalizar la fraternidad, no la esclavitud ni la indiferencia
6. En su tarea de «anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad»,[9] la Iglesia se esfuerza constantemente en las acciones de carácter caritativo partiendo de la verdad sobre el hombre. Tiene la misión de mostrar a todos el camino de la conversión, que lleve a cambiar el modo de ver al prójimo, a reconocer en el otro, sea quien sea, a un hermano y a una hermana en la humanidad; reconocer su dignidad intrínseca en la verdad y libertad, como nos lo muestra la historia de Josefina Bakhita, la santa proveniente de la región de Darfur, en Sudán, secuestrada cuando tenía nueve años por traficantes de esclavos y vendida a dueños feroces. A través de sucesos dolorosos llegó a ser «hija libre de Dios», mediante la fe vivida en la consagración religiosa y en el servicio a los demás, especialmente a los pequeños y débiles. Esta Santa, que vivió entre los siglos XIX y XX, es hoy un testigo ejemplar de esperanza[10] para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos aquellos que se dedican a luchar contra esta «llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo».[11]
En esta perspectiva, deseo invitar a cada uno, según su puesto y responsabilidades, a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. Preguntémonos, tanto comunitaria como personalmente, cómo nos sentimos interpelados cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas. Algunos hacen la vista gorda, ya sea por indiferencia, o porque se desentienden de las preocupaciones diarias, o por razones económicas. Otros, sin embargo, optan por hacer algo positivo, participando en asociaciones civiles o haciendo pequeños gestos cotidianos –que son tan valiosos–, como decir una palabra, un saludo, un «buenos días» o una sonrisa, que no nos cuestan nada, pero que pueden dar esperanza, abrir caminos, cambiar la vida de una persona que vive en la invisibilidad, e incluso cambiar nuestras vidas en relación con esta realidad.
Debemos reconocer que estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo,[12] que se hace visible a través de los numerosos rostros de los que él mismo llama «mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45).
Sabemos que Dios nos pedirá a cada uno de nosotros: ¿Qué has hecho con tu hermano? (cf. Gn 4,9-10). La globalización de la indiferencia, que ahora afecta a la vida de tantos hermanos y hermanas, nos pide que seamos artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que les dé esperanza y los haga reanudar con ánimo el camino, a través de los problemas de nuestro tiempo y las nuevas perspectivas que trae consigo, y que Dios pone en nuestras manos.
Vaticano, 8 de diciembre de 2014
FRANCISCO
[1] N. 1.
[2] Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2014, 2.
[3] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 11.
[4] Cf. Discurso a la Asociación internacional de Derecho penal, 23 octubre 2014: L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 8.
[5] Discurso a los participantes en el encuentro mundial de los movimientos populares, 28 octubre 2014: L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 3.
[6] Cf. Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, La vocazione del leader d’impresa. Una riflessione, Milano e Roma, 2013.
[7] Benedicto XVI, Cart. enc. Caritas in veritate, 66.
[8] Cf. Mensaje al Sr. Guy Ryder, Director general de la Organización internacional del trabajo, con motivo de la Sesión 103 de la Conferencia de la OIT, 22 mayo 2014: L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 6 junio 2014, p. 3.
[9] Benedicto XVI, Carta. enc. Caritas in veritate, 5.
[10] «A través del conocimiento de esta esperanza ella fue “redimida”, ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios» (Benedicto XVI, Carta. enc. Spe salvi, 3).
[11] Discurso a los participantes en la II Conferencia internacional sobre la Trata de personas: Church and Law Enforcement in partnership, 10 abril 2014: L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 11 abril 2014, p. 9; cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 270.
[12] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24; 270.