Nada más oportuno para
estos tiempos que encontrarnos con el rostro misericordioso de Dios. Lo dice
muy bien el Santo Padre: “Hay momentos en los que de un modo
mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia
para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre”.
Siempre
tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es la
característica de Dios, la forma como viene a nuestro encuentro, es la que abre
el corazón a la esperanza de ser amados para siempre a pesar de nuestro pecado.
En Pascua la liturgia de la Iglesia nos transmite la
increíble noticia de que el perdón auténtico existe para el hombre, no es sólo
una leyenda, (algo bellísimo, pero inalcanzable). !No! Jesús ha destruido «la
nota de cargo que había contra nosotros; y la ha suprimido clavándola en
la cruz» (Col 2, 14). Ha destruido todo. «Ninguna
condenación pesa ya para los que están en Cristo Jesús» (Rm 8, 1).
¡Ninguna condenación! ¡De ningún tipo!
Es por eso que, como
primer deber antes de empezar este tiempo de gracia, debemos creer que esa misericordia es real.
Interiorizar lo que significa en nuestra vida y en la vida de la Iglesia. ¡No podemos,
como cristianos, dejar cerrada la puerta de la misericordia que un
Dios lleno de amor nos esta abriendo de para en par! ¡Entremos de lleno en
este misterio! preparémonos para entrar por esa puerta santa que pronto se
abrirá y dejemos atrás todos los miedos y dudas que nos lo
impiden. En la Misericordiae Vultus (el rostro de la misericordia), la
bula de convocación para este año extraordinario, el Santo Padre nos da
puntos fundamentales.
Les
dejamos los 12 elementos clave (todos ellos tomados del texto de la bula),
que nos ayudarán a comprender qué significa este tiempo de
gracia:
1.
El Llamado a la Iglesia
de contemplar el misterio de la misericordia: Como un don recibido gratuitamente que trae
consigo la responsabilidad de anunciarlo.
2.
Reconocer a Dios como un Padre que jamás se da por vencido hasta que no haya
disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia: “Porque la misericordia se
muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que
consuela con el perdón”.
3. La Apertura de la Puerta Santa como
símbolo de un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con
mayor entusiasmo y convicción la propia fe: La Iglesia quiere ser en el
mundo signo vivo del amor del Padre.
4. Que la Iglesia y las parroquias
sean oasis de misericordia: El Papa remarca como cada
Iglesia particular estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como
un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual para acoger a
todos con misericordia.
5. Ser
misioneros de la misericordia: “Queremos vivir este Año Jubilar a la
luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista
refiere la enseñanza de Jesús: « Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es
misericordioso»” (Lc 6,36)”.
6.
Impulsar las peregrinaciones como estímulo para la conversión: “Esto será un signo del hecho
que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso
y sacrificio”.
“Queremos
vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos
como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: «Sed
misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso» (Lc 6,36)”.
7.
Redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales: “El amor, después de todo, nunca podrá
ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones,
actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La
misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente
responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de
alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el
amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos.
Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos
los unos con los otros”.
8. Vivir
la cuaresma con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y
experimentar la misericordia de Dios: En la meditación y
la escucha atenta de la
Palabra de Dios.
9.
Fomentar la iniciativa de las “24
horas para el Señor” para que
más personas se acerquen al sacramento de la Reconciliación : “Durante el Jubileo
extraordinario de la
Misericordia , el confesionario será la Puerta Santa del
alma”.
10.
Promover la indulgencia por la que Dios hace evidente este amor que es capaz de
destruir el pecado de los hombres: Es necesario comprender
que la reconciliación con Dios es posible por medio del misterio pascual y de
la mediación de la Iglesia.
11.
Tiempo oportuno para cambiar de vida. Tiempo para dejarse tocar el corazón: “¡Este es el tiempo oportuno
para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el
mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de
todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los
afectos, la vida misma”.
12.
Que nuestro pensamiento se dirija a María madre de la misericordia: Para que en la mirada de María podamos
redescubrir la alegría de la ternura de Dios.